Origen de la Escuela Santo Ángel

La Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda tiene en sus orígenes un proyecto educativo, expresión de la vocación de un maestro: el Beato Luis Ormières. Su obra no puede entenderse sin la colaboración de la Madre San Pascual, Fundadora de la Congregación, y educadora nata. Para el Padre Fundador, enseñar era más que instruir, era educar a la persona acompañándola en el proceso de descubrir aquello que le lleva a realizarse según el plan de Dios. Su preocupación por la falta de buenos maestros para la formación en los pueblos más pequeños y abandonados, le movió a aprovechar cualquier oportunidad para ejercer la docencia.

En pleno siglo XIX, Quillan (pueblecito del sur de Francia) vio nacer su primer proyecto: la fundación de una pequeña comunidad de Hermanas y la creación de una escuela para niñas pobres del campo. En un momento, en el que las niñas estaban excluidas del sistema educativo, (no en teoría, pero sí de hecho), Luis Ormières comenzó a fundar escuelas en pequeños pueblos del sur de esta región.

Su obra educadora traspasó las fronteras de Francia llegando a España en 1864. Fue en Puerto Real (Cádiz) donde fundó la primera comunidad y un colegio para niñas. Dicha obra fue extendiéndose posteriormente, hasta su muerte en Gijón en 1890, a través de Colegios en diferentes pueblos y ciudades como respuesta a las necesidades de la Iglesia española de aquel momento. Desde entonces, nuestro estilo educativo sigue actualizándose, impulsado por el deseo de seguir formando, según su objetivo, “verdaderos discípulos de Cristo”.

Aquellas raíces, francesas en sus orígenes, siguen creciendo hoy, enriquecidas con otros miembros de la Familia Ángel de la Guarda. Esta pequeña familia, siempre sencilla, está presente en Europa, Asia, África y América.